Cuando hablamos de bullying acostumbramos a poner el foco en la víctima, es comprensible. Pero ¿Qué sucede en el otro lado del problema? ¿Cómo lidiamos con un@ niñ@ que está teniendo un comportamiento negativo hacia otros? ¿Qué ocurre en la mente de una persona en desarrollo cuando le colocamos el peso de una etiqueta tan grave como “acosador”?

Para abordar un asunto tan delicado tenemos el privilegio de escuchar a dos protagonistas excepcionales con una historia que no es ni mucho menos lo habitual. Dos madres lúcidas, empáticas y valientes que han tenido que enfrentarse al bullying en una misma historia desde los dos lados del problema: el de la víctima y el de quien participó en ese acoso. Y que lo han hecho uniéndose por sus hijos. Su manera de entender el conflicto y ayudar a los niños es un caso excepcional, valiosísimo, del que podemos extraer innumerables herramientas, reflexiones y aprendizajes. Como dice Glòria “Ante todo éramos madres que sufríamos por nuestros hijos”.

Y quién mejor para acompañarlas en esa reflexión que Jero García, uno de los mayores expertos en acoso escolar de nuestro país y alguien que tuvo que aprender a entender que en el pasado había sido acosador en una situación de bullying. Desde entonces ha dedicado su vida a ayudar a muchas familias a lidiar con estas situaciones y entender que el acosador es también una víctima, que nadie gana con el bullying. O, en palabras de Carolina, madre de la víctima, “hay conflictos y hay que trabajarlos por encima de etiquetas de buenos y malos. Y hay que hacerlo desde pequeños, cuando son más moldeables”.